miércoles, 2 de mayo de 2018

El fútbol femenino necesita inversión



No tienen fama como las figuras del fútbol masculino, no ganan gran dinero ni salen a diario en los medios masivos ni en las redes sociales; en cambio, se entrenan duro, juegan y dan todo por su camiseta. El fútbol femenino en Bolivia se abre paso, empieza a superar la mentalidad machista, pero le falta mayor inversión.

“Jugué más de 20 años porque me gusta este deporte, no por plata; pero ya es hora de que se apoye e invierta mucho más en el fútbol femenino”, enfatiza Maité Zamorano, considerada la mejor futbolista boliviana.

Empeño, talento y dedicación hay de sobra en muchas jóvenes que juegan este deporte, pero se avanzaría más si hubiera inversión como en el fútbol de varones. “Con dinero y planificación se puede avanzar mucho más. La federación debe ser el estandarte que busque y consiga ese apoyo para que así no estemos distantes de los otros países y no nos vaya mal en los sudamericanos”, agrega Zamorano.

Sugiere que las entidades públicas, las privadas y la misma prensa deberían darles mayor atención y respaldo para crecer. “Hay clubes y jugadoras, al menos aquí, en Santa Cruz, con mucho talento, con esfuerzo, y brillan, pero no se las conoce porque se informa poco”, recalca.

Lily Rocabado, integrante del flamante Comité Ejecutivo de la Federación Boliviana de Fútbol, dice que si bien en 1993 nació el balompié femenino en Santa Cruz con unos cuántos clubes, ahora ha crecido bastante y además tiene ligas femeninas consolidadas en Tarija, Cochabamba y Sucre; aunque sí admite con pena que falta mucho en ciudades del occidente, y también en Beni y Pando

“Hace muchos años que estamos superando al machismo; lo que sí nos falta es mayor inversión económica, porque al igual que los varones se necesitan muchos recursos”, insiste Rocabado.

Detalla que los equipos femeninos, al igual que los de varones, necesitan recursos para mantenerse, pero reciben poco apoyo porque las empresas y otras fuentes de inversión no los ven rentables.

El representativo de los Yungas de La Paz durante el certamen Plurinacional departamental. Foto: Archivo ABI.

“Mantener un equipo de mujeres cuesta, porque igual se debe contratar cancha, pagar a los entrenadores, mantener la logística de trabajo, viajar, es decir casi igual al de los hombres, solo que al fútbol femenino llega poquísimo apoyo porque todavía no tiene mucha repercusión y las empresas ven eso”, explica Rocabado, radicada en Santa Cruz.

Pese a esas dificultades, la dirigente señala que igual el fútbol femenino creció mucho, porque son cada vez más las mujeres desde jóvenes que se animan a seguir en esta disciplina, aunque no les paguen como a los hombres.

“No recibimos el apoyo real porque el fútbol femenino no es rentable y comercial, pero pese a ello seguimos creciendo y si tuviéramos mejor apoyo podríamos cambiar para bien”, insiste la directiva.

Dos canales principales de apoyo tendrían que ser: el Estado nacional, con políticas de respaldo sobre todo en la etapa de formación como en las escuelas y en los colegios; y “sumarse a ello la misma sociedad, desde los padres y las madres dejando de ser machistas, respaldando a una niña si demuestra que le gusta el fútbol y si lo juega bien, mucho mejor. Creo que ese cambio de mentalidad es posible, es buscar a las empresas y mostrarles que también hay talento femenino para destacar”, según Rocabado.

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